ACERCA DE LA ARTISTA
Zélia Ferreira Salgado
Escultora, pintora, diseñadora, maestra.
(Brasil – São Paulo, 9/10/1904 – Río de Janeiro, 26/8/2009)
Vida y oficio
Zélia Ferreira Salgado nació en São Paulo, pero vivió en Río de Janeiro desde 1915. Estudió pintura en 1922, en el taller de los hermanos Henrique Bernardelli (pintor, 1857-1936) y Rodolpho Bernardelli (escultor, 1852-1931), de origen mexicano y chileno, respectivamente. Se especializó en la Escuela de Bellas Artes (EBA, 1924). Con el Premio de Viaje de la EBA en la categoría de escultura, en 1930, estudió y trabajó en París en dos ocasiones – ese mismo año, 1930, y de 1937 a 1938, en L´Academie de La Grande Chaumière, con Othon Friesz (1879 -1949), Robert Wlérick (1882-1944) e Isaac Dobrinsky (1891–1973). A pesar de tener ya obra propia, decide montar una única exposición individual de pintura en 1946, en el Palace Hotel de Río – retratos infantiles -, que fue bien recibida por la crítica, tal como lo mencionó Antonio Bento, en el Diário Carioca: “Lo que percibí a primera vista (…) fue un instinto seguro en la elección de los colores. Muchos de sus cuadros revelan, en este dominio, un gusto desarrollado, lo que no es común en la pintura brasileña…”.
A partir de 1946 empieza a trabajar en el taller del paisajista Roberto Burle Marx (1909-1994), sustituyéndolo en su clase de artes plásticas y logrando un contrato de cesión artística que duró hasta el final de los días de Burle Marx. Fue en su taller, en 1949, cuando Zélia se lanza al terreno de la escultura abstracta (Aspiración Vertical nº1, bronce), bajo la indiscutible influencia del maestro. Para 1948, el crítico Santa Rosa ya afirmaba que Zélia había alcanzado “uno de los momentos más bellos que puede desear un pintor: evolucionar en la búsqueda de las formas de su tiempo, alcanzar la interpretación de su mundo dentro del ritmo de las ideas presentes…”. Recibe la Medalla de Plata de Escultura en el Salón de Arte Moderno de São Paulo, en 1955, por Forma en Aluminio (hoy en la colección del MNBA de Río). En la primera exposición individual del MAM/SP, en 1956, Mário Pedrosa observa que “La pintura le sirvió de medio para llegar a este diálogo final con la piedra que tal vez sea ahora, entre otros materiales, aluminio, bronce, hierro, aquel de su íntima predilección”.
En 1959, en la V Bienal de Artes de São Paulo – tras haber participado en las cuatro ediciones anteriores -, presenta la serie Composiciones en Acero Inox (que desapareció, luego de una exposición itinerante, misma que, según el curador brasileño Paulo Herkenhoff (2004), “sin duda, en este instante, su escultura dialoga con todo el Neo-concretismo”.
Zélia formó parte de la Comisión Nacional de Bellas Artes, entre 1962 y 1963, y fue presidente de la Sección Brasileña de la IAPA (Asociación Internacional de las Artes Plásticas), afiliada a la UNESCO, en 1963. En los años siguientes, presenta una serie de esculturas abstractas en bronce: “Hay en ellas, siempre, un élan, un impulso que busca hacer a sí mismo un significado lo que permite que sean, simultáneamente, representativas y no figurativas”, según el crítico A.P. d’Horta; “Pre-establecimiento, Zélia encontró en estas obras: el sentido de adecuación. Basta ver, por ejemplo, la intuitiva precisión con que limita sus formatos, íntimos y pequeños, sin disminuirles con ello la monumentalidad de movimientos…”, dice la grabadora Fayga Ostrower; para el crítico Geraldo Ferraz, del diario O Estado de S. Paulo, en 1966: “Zélia Salgado es principalmente una artista de formación seria, de serio desarrollo, de seria participación en el arte brasileño.”
En los años 1970, Zélia se aleja un poco de su trabajo, pues tiene negocios que atender en la hacienda de su marido, Paulino Salgado, pero sin dejar de exponer del todo en panoramas y muestras varias de arte brasileño, haciéndose merecedora incluso de una gran retrospectiva, que incluyó 150 obras, en la Fundación Armando Álvares Penteado en São Paulo (FAAP/SP), en 1988.
Sus últimas obras – dibujos y pinturas abstractas – están fechadas en 1980 y 1994. En 2000 se convierte en protagonista indiscutible del video documental “Aspiraciones Abstractas” – la exposición lleva por título el mismo nombre -, que aborda su carrera. El encargado de rescatar a la artista y su obra para plasmarla en imágenes de este formato es Pedro Rosa, y lo hizo en 2002, tomando material del Espacio CEDIM (Consejo Estadual de Derechos de la Mujer), en Río de Janeiro, en donde parte de su obra abstracta está abierta al público.
En 2004 recibe un homenaje en vida, una retrospectiva final en la antigua Escuela de Bellas Artes – actual Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA). La retrospectiva “Zélia Salgado, 100 años de acción y lucidez”, misma que comprendió dibujos y todas sus últimas obras; aproximadamente 30 de estas hoy forman parte del acervo permanente del MNBA.
En 2005 el CEDIM le otorga el título de Mujer del Año.
La enorme luz de Zélia Salgado se extingue el 26 de agosto de 2009, poco antes de que cumpliera 105 años, dejando un indiscutible legado universal colmado de inteligencia, lucidez, sensibilidad, y de una poderosa coherencia artística que, definitivamente, y por todo lo que su carrera significó, debe seguir siendo descubierto y celebrado y vuelto a descubrir como sólo se hace con las cosas bellas, como sólo se hace con la vida misma.
Pedro Rosa, 2012
CRÍTICAS - Zélia por Antônio Bento, Mário Pedrosa & otros
ZÉLIA FERREIRA SALGADO - acervo iconografico personal
EXPOSICIONES – 1994-2004 - las tres últimas individuales