ESCULTURAS ABSTRACTAS

Hazlo grande, Zélia, GRANDE!!!”. Con esta frase de Roberto Burle Marx, 1949, Zélia Salgado abandonaría las pequeñas cabezas y tímidas estatuillas figurativas para dar el salto enorme y arriesgado a una serie de aspiraciones: Aspiração Vertical nº1, naciendo así este impulso inicial, dando como resultado un escultura imponente de dos metros de altura, exhibida en la II Bienal de São Paulo, en 1953 y vendida al estadounidense Andrew Silver en 1965. “Está expuesta delante una residencia proyectada por el arquitecto Frank Lloyd Weber en Boston”, recordaba, orgullosa ella.

Zélia trabajó particularmente figuras de bronce, pero también de latón, de acero, de hierro, de piedra y de esteatita, y una sola vez de aluminio – que le otorgó la Medalla de Plata en el IV Salón de Arte Moderna de São Paulo, en 1955 -, no se intimidó ante el reto de extraer lo abstracto de ellas (Piedra, 1955); ni con el tamaño (Aspiración Vertical, acero, 1971, Col. Itamaraty), ni siquiera cuando volvió a las dimensiones reducidas en Serenidad II, bronce de 1965. Las Composiciones en Acero Inox, de 1959 – lamentablemente “perdida” durante unas exposición itinerante internacional en los años 1970 -, comprueban la solidez de su propuesta, dialogando con todo el movimiento abstraccionista informal (ver aquí), al igual que la serie de pequeños bronces hechos a partir de los años 1960.

Acero Aluminio Bronce Latón Piedra Esteatita

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PlayFAAP 1988: A escultura.