ESCULTURAS FIGURATIVAS
“Fue muy duro llegar al abstraccionismo”, dice Zélia Salgado en Aspiraciones Abstractas(2002). Efectivamente, apenas en 1949, y con el empujón definitivo del paisajista Roberto Burle Marx, ella da un paso al vacío con formas puramente abstractas (Aspiración Vertical nº1). Hasta aquel entonces, así fuese en el “academicismo horroroso”, desde donde obtuvo premios en la Escuela Nacional de Bellas Artes, o con los trabajos de las cabezas de bronce, ella se desenvolvía en el mundo de la figuración, aventurándose cada vez más en los terrenos de la pintura (Bordadora, 1947). En 1953 sin embargo, con Serenidad, hace las paces simbólicamente con la escultura figurativa.